Jugando a médicos y hospitales


Hoy queremos hablar de lo importante que es la preparación psicológica cuando los niños deben enfrentarse a una hospitalización, un quirófano y un postoperatorio.
Es probablemente una de las mayores angustias que toca pasar como padres, y a pesar de vivirla repetidamente en la mayoría de los casos, nunca acabas de acostumbrarte.
Hemos insistido en otras entradas en lo importante que es la fortaleza de los padres en todo el proceso, la normalización y el positivismo. Porque sin duda serán la base en la que nuestros hijos se apoyarán para vivir, a su manera, el trance de cada operación.
Hay varios puntos importantes que se pueden trabajar con ellos y que ayudarán a que el momento de la entrada al quirófano sea lo menos traumática posible.
En primer lugar, es importante luchar hasta la extenuación como padres para que en el hospital dejen que el niño esté acompañado por su padre o madre hasta que le duerman. Nadie va a pretender estar presente en la operación, pero los 5 ó 10 minutos que pasan desde que el niño se separa de su padre o madre hasta que le sedan puede ser realmente aterrador para ellos. Pensemos que ellos no entienden nada, no están enfermos, no les duele nada, y sólo ven que se lo llevan un grupo de extraños, con máscaras… entran en un lugar frio, lleno de focos y señores de verde que no conocen de nada. Serán sólo 5 ó 10 minutos, merece la pena intentarlo. 
Afortunadamente ya hay hospitales concienciados en la inteligencia emocional, en la importancia del estado en el que se duerme el paciente, de mayor o menor estrés, y dejan que un progenitor acompañe al niño, pero sigue habiendo muchos que no lo permiten; lamentablemente, la mayoría.
El hospital, como opción alternativa, podría decidir hacer una sedación leve en la habitación, ahí sí acompañado de los padres y luego ya llevarle a quirófano.
En general depende también de la edad del niño. Cuanto más pequeños más delicado es el tema de la anestesia y tratan de reducir al mínimo la dosis que le inyectan.
Es una lucha que hay que librar, porque los médicos, como profesionales que son, se abstraen completamente de sentimientos para poder hacer su trabajo, pero en el caso de los niños es muy, muy importante la componente afectiva. Pensad que la primera vez que entre a un quirófano no sabrá a donde va, pero cuando sea la cuarta o quinta vez que entra, se resistirá con uñas y dientes, y más si el recuerdo que tiene de la experiencia es traumático.
De la misma manera es vital el despertar. Ese siempre será duro para todos, pero el peque debe sentir tu mano y tu olor cuando abra los ojitos. Estará asustado y desorientado, pero si ve a mamá o a papá, todo ira mucho mejor.
El segundo pilar en el proceso es el aprendizaje a través del juego. Los niños no tienen concepto de tiempo real hasta los 11 o 12 años. No vale que les digamos que les operan dentro de 1 mes, o 1 semana o 10 días, porque no entenderán cuando sucederá, y les puede generar más incertidumbre. Lo que sí recuerdan con todo detalle, es aquello que hayan vivido muchas veces recientemente. Por eso es fundamental contar cuentos y jugar a los médicos, más o menos 1 semana antes de la operación.
Nuestra experiencia es que el apoyo en la guardería o el colegio es muy importante. Hay que hacer cómplices a los profesores y pedirles que, a una semana vista de la operación, trabajen toda la temática de los médicos. Que los doctores y enfermeras son buenos y nos quieren ayudar. Que los hospitales son sitios agradables donde nos cuidan y curan y donde los abuelos y amigos van a visitarnos cuando estamos ingresados.
También son de gran ayuda los cuentos. Uno que nos encanta para niños muy pequeños es NACHO EN EL HOSPITAL. Es muy sencillo y por eso es muy bueno. Se lo aprenderán de memoria, y será un mensaje sencillo para transmitir cuando estén asustados...
 “Cariño, ¿te acuerdas de NACHO?, es igual que Nacho, que fue al hospital y le cuidaron mucho…”.



Y por último, pero no menos importante, el juego. Es muy importante que los peques se familiaricen con la vestimenta y utensilios que verán más adelante. Os sorprenderéis del vocabulario que cogen desde bien pequeños: venda, cicatriz, escayola, mascarilla…, serán términos cotidianos. Y cuando lo vean no se asustarán, que es el objetivo, porque todo les resultará familiar.
En este sentido lo que recomendamos es crear una caja bonita, atractiva, llena de cosas para jugar a los médicos. La caja estará guardada y sólo la sacaremos una semana antes, más o menos, de la operación. El resto del año cuanto menos piensen en ello, mejor.
Pero una semana o 10 días antes, sacaremos la caja. Una caja vistosa, con colorines, grande… que llenaremos de artículos de enfermería: venda, esparadrapo, mascarillas, bata de médico, pijama de médico, gorrito,  jeringuillas, guantes. Todo lo que se pueda conseguir real, mejor. 
En mi caso, llevamos la caja el último año de guardería que fue la primera operación, y el primero de colegio, que fue la segunda intervención, a la clase para que todos los compañeros jugaran a los médicos. Eso lo hicimos como 20 días antes y luego 1 semana antes, recuperamos la caja y jugamos en casa.

En las dos ocasiones fue muy, muy fructífero. Ayudó mucho a interiorizar lo que estaba por venir.
Vendábamos la pierna a sus muñecos preferidos...; entre nosotros, nos pusimos mascarillas imitando que nos dormían, etc. Ellos se lo pasan genial, y jugando con papá y mamá mejor todavía.


Para el gran día, recomendamos (cada vez que llegue), llevar entretenimiento para el rato desde que se entra en admisión hasta que se lo llevan a quirófano. Puede ser un rato largo y hay que pasarlo jugando y en positivo. Recordad que el niño no puede sentir angustia, tristeza o miedo en quien esté en ese momento con él, porque se lo trasmitirá. 
Vale la tablet o el móvil con dibujos animados pero de todo se cansan, así que conviene llevar papel y pinturas o rotuladores, y alguno de sus juguetes favoritos. 
Hay hospitales que tienen triciclos en la zona de admisión para que estén entretenidos, y con los que luego les llevan a quirófano a modo de distracción, pero si no se está seguro es mejor llevar opciones.

¡¡Recordad!! jugar, jugar y jugar es la mejor terapia para que ellos se familiaricen con lo que van a vivir y no les asuste.

Os dejamos una web de cuentos que recoge muchos títulos interesantes y un enlace más donde se incide en el mismo aspecto. Feliz sábado!!


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